Ver un cisne en Lima es muy raro, por no decir imposible; sin embargo, existe uno que siempre está disponible, solo que está a poco más de 1000 metros de altura.

Desde hace meses que habíamos visto fotos de un gran cisne en medio de una vista hermosa de las montañas que rodean Lima y que están a 1000 metros de altitud (impresionante que en nuestra ciudad lleguemos a esta altitud, ¿no? Nuestros amigos, Mabeli Tamayo y Harold Santos, nos propusieron subir el fin de semana al mirador del cisne y como buenos runáticos, nos dieron vueltas los ojitos y nos unimos al plan.

El objetivo de la ruta: llegar al mirador del cisne haciendo trail running. Corriendo o arrastrándose

El mirador del cisne está entre La Molina, Villa María del Triunfo y Pachacámac, el atractivo o la foto de rigor es con el cisne, que es una imponente escultura hecha por Warner Choz, un artista de Pacanga, provincia de Chepén, La Libertad. Muy cerca, podemos ver a un inca también hecho por Choz y que se supone fue hecho para recordar los rituales de los incas.

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Warner Choz al lado de su obra.

Ojo, la ruta para moteros y ciclistas es distinta a la de los runners, o por lo menos es diferente a la que corrimos nosotros, aquí puedes ver la ruta que hicimos, la colgamos en Wikiloc. Los moteros y ciclistas suben por Villa María del Triunfo, nosotros desde La Molina.

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Ruta al mirador del cisne desde Comisaria Las Praderas de La Molina.

Nuestra ruta fue de 15 kilómetros y aunque no es tan difícil como una carrera de Andes Race, la ruta tiene su dificultad. Partimos el 3 de octubre a las 5:40 am desde la comisaria las Praderas en La Molina y comenzamos a subir por la prolongación Los Fresnos, camino al Parque Ecológico La Molina. Llegamos a la entrada del parque, no entramos y doblamos a la derecha, entrando por la calle Rio Grande, hasta que se termina la pista y empieza la trocha. Hasta ahí, van 400 metros de distancia y 80 metros de desnivel positivo.

Comenzamos el trail por un sendero bien delineado, pasamos un reservorio de agua y llegamos a recorrer unos 2 km y subir 150 metros de desnivel. Enseguida, iniciamos una primera trepada de hasta 300 metros de desnivel por unos 400 metros de distancia al lado de un muro que separa La Molina y Villa María del Triunfo.

Llegamos a una zona estable, aprovechamos para descansar un rato porque venía una segunda trepada. Subimos siempre pegados al muro con una neblina espesa, con una visibilidad menor a 15 metros. ¡Atento a lo que tienes adelante y a las piedras! Ya estamos a más de 500 metros de desnivel y más de 5 km recorridos. El terreno se torna bastante irregular, tierra muerta y piedras sueltas de distintos tamaños, por lo que hay que ver donde pisas. ¡Se puso más divertida la ruta!

Una de las partes más hermosas del trayecto

Aproximadamente a los 7 km dejamos el frio y la neblina para llegar a un punto en el que parecemos un avión que está a punto de atravesar las nubes para ver el sol.

Nuestra primera cumbre (sí, primera, porque vienen más subidas y bajadas) nos recibe con un sol jovencito recién estirándose que nos calienta y nos muestra las nubes que ahora están debajo nuestro. Admiramos el colchón de nubes, tan quieto que relaja y regala paz para el alma. Debajo de esas nubes está Lima, despertando.

ruta del cisne.
Colchón de nubes en la ruta del cisne.
Seguimos

Pero aun no llegamos al cisne, después de las respectivas fotos es hora de reiniciar el trote, ahora desde la cumbre y con el sol avanzando, cruzamos el muro que nos ha seguido casi desde el inicio por una pequeña entrada. Viene una subida, una bajada, otra subida y una trocha plana de unos 500 metros.

Cuando pensábamos que ya estábamos ahí, vemos una última trepada de unos 200 metros, sí, pocos metros pero son los peores, ya que estamos a 980 metros de altitud y pensábamos que ya habíamos llegado. ¡El trofeo de esa trepada es llegar a la cumbre del mirador del cisne y lo hicimos! Cara de felicidad en la foto 🙂

Felices de llegar a ver el cisne y un cielo azul y hermoso en Lima.
Felices de llegar a ver el cisne y un cielo azul y hermoso en Lima.

Más fotos en el instagram de Runático. Recuerda que cuando llegues no puedes subirte encima ni colgarte del cisne.

El retorno desde el mirador del cisne.

Para el retorno, la ruta cambia un poco. Hacemos el mismo recorrido de regreso hasta casi el km 12 en el que encontraremos un desvío para bajar por una zeta que nos llevará hasta la entrada del Parque Ecológico de La Molina y de ahí bajar otra vez por Los Fresnos hasta la comisaria, nuestro punto de origen.

Hay otra ruta con un desnivel mayor, que sale desde la laguna de La Molina, solo que esta no llega hasta el cisne, va hasta el Parque Ecológico de La Molina.

En conclusión, la ruta que hicimos es una ruta dura, bien técnica por las piedras y poca visibilidad, por el desnivel tanto positivo como negativo, pero vale la pena. Terminamos felices. Aquí un resumen, en video:

El mirador del cisne está bien conservado, recuerda que, si vas a hacer caminatas, campamentos, cicloturismo o en moto, no dejes ningún desperdicio, llévate tus botellas y plásticos. Si mantienes la zona como está, seguro que la encontrarás así cuando regreses.

Gracias Mabe y Harold por unirnos al plan y a los corredores “veteranos” que nos guiaron en el camino, que por cierto, no tienen nada de veteranos, son unos chiquillos en las montañas. Gracias a Tailwind Perú por mantenernos hidratados y con las calorías necesarias para la ruta.

Sigan viviendo felices, locos por lo que les apasiona, a nosotros las montañas y la tierrita.

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