Para quien ya corrió Andes Race puede corroborar, como nosotros, que por más que la ruta sea la misma de años pasados, no hay una versión igual. Nosotros, junto a 250 corredores, volvimos a recordar las sensaciones de correr 32 km en las montañas de Cusco. Si piensas correr esta carrera en 2023, entérate que son 32 km y no 30. Los organizadores nos regalan 2 km de bonus, que siempre se los agradecemos.
Esta vez corrimos mejor de salud que la primera vez. En el 2019, un dolor de estomago y una intoxicación nos mantuvo muy mal hasta pocas horas antes de la carrera. Ahora, con el ya conocido mal de altura de la montaña y un calor intenso que no nos dio descanso, esos eran los dos principales retos que debíamos vencer. De todos modos, queridos runáticos, el cuerpo, la mente y las condiciones climáticas nunca serán las mismas.
Como ya sabemos, la carrera empieza mucho antes de la partida. Entrenamos parejo la mayor parte del tiempo, nos sirvió mucho el tiempo que llevamos entrenando con Runchasquis, un grupo liderado por Renatto Paz. Al llegar a Cusco también cuidamos nuestra alimentación e hicimos el respectivo trote para aclimatarnos. Es muy importante probar piernas y sentir al cuerpo y la mente en la altura y clima que vas a correr.
Comenzó la carrera
Sábado, 9:00 am. Arrancamos y le pusimos toda la actitud al inicio pero debía que cuidar mi tobillo que seguía lesionado desde el reconocimiento de ruta del 21k de Perú Trail Series en el Morro Solar, iba rápido pero controlado, tranquilo. Pao, por su lado, arrancó pesada, con baja energía, pero estaba ahí para darle ánimos, nos fuimos acompañando todo el tiempo.
Los siete primeros kilómetros eran todo de subida hasta los 4500 msnm, esos km fueron muy retadores para Pao. Llegamos a la cima, nos emocionamos muchisimo, nos abrazamos, nos refrescamos e iniciamos la bajada.
En Willoq, en el tambo de avituallamiento, le esperaba una sopa que revivió a Pao, además de un señor chef que estaba muy bien uniformado. Qué lindo verlo así, en medio de la montaña. Lo verán en el video que hemos hecho.
Ya en el km 18, necesitaba ir al baño urgente!! y adivinen qué, no había papel. 🤯 Nunca olviden el PH para una emergencia 🚨 en una carrera, nosotros lo dejamos en las casacas 😬. Eso hizo que me sintiera pesado durante cinco kms y en la última subida. Gracias al cielo (y a los organizadores) había un baño muy bueno en el último punto de avituallamiento. A partir de ahí le dimos parejo a las máquinas hasta llegar a la meta.
La meta esta vez fue también muy especial, además de un gran ambiente en Ollantaytambo y de llegar junto al amor de mi vida, me esperaba mi madre y mi hermana. Es la segunda vez que mi madre me recibe en la meta de una carrera, abrazarla a ella y a mi hermana en ese preciso instante será un momento inolvidable. Si pueden involucrar a su familia en sus carreras, háganlo, al menos una vez.
Mejoramos nuestro tiempo, pero aún no estamos totalmente satisfechos, aunque sí felices por la bendición de compartir juntos este deporte, que nos une más como pareja. Veremos si en el 2023 volvemos y nos damos el gusto de mejorar nuestra marca.
Como ya lo había comentado en un post en redes, faltan muchas personas en las fotos que nos tomamos el día de la carrera, me gustaría tener imágenes con la familia que sonríe conmigo desde el cielo y con otros que simplemente no pueden estar. También faltan fotos con otr@s amig@s y colegas de este deporte, que así no nos pudimos tomar una foto, les mando un abrazo y les digo que sigamos con ese espíritu #Runático, que además de estar locos por el running, estemos locos por ser mejores personas y lograr mejores equipos. 💪🏽🏃🏿♂️⛰
Gracias a Renato de Runchasquis, su guía es vital para lograr los objetivos que nos trazamos. 🤗
Gracias a los organizadores, vemos que se empeñan en hacer un carrerón para todos, muy segura y que busca incluir a la población y autoridades de la zona. La sostenibilidad también tuvo un papel en esta carrera, se integró a organizaciones como Llama Pack Project, asociación que promueve el uso de llamas para el traslado de toda la logística a los distintos puntos de la carrera, generando así el mínimo impacto en la montaña.
Gracias a Peter Trujillo, que nos nombró como “la pareja del año” en la meta, ¡qué ilusión que fuera así! Seguro que hay parejas tan o mucho mejores que la que formamos Pao y yo. Y lo mejor, es que hay personas que van solas por las carreras y son igual de espectaculares. En cada una nos las encontramos y nos motivan.
Para quien aún no ha probado correr Andes Race, háganlo alguna vez, lo místico y la energía de Cusco, el valle de Urubamba, su cielo y los cusqueños, correrán por sus venas. Es una tierra y una ruta trailera que enamora. Ojalá este video los enamore más. ❤️
